Un viaje a través de la vida nocturna de Budapest

Emblema de Budapest en lo que a bares se refiere, los ruin bars o ruin pubs son establecimientos situados en edificios abandonados de la ciudad. Aunque se llaman bares, en realidad son algo más que eso. Aparecieron hace unos diez años, son totalmente endémicos del país y pueden adoptar muchas formas, desde un bar postapocalíptico hasta una discoteca alfombrada o una cervecería al aire libre con una decoración extravagante. La idea es que el bar en ruinas se base en un concepto propio. A menudo, éste está vinculado al lugar donde se ubica.

Por ejemplo: Fogas Ház, que literalmente significa "La casa de los dientes", es un bar en ruinas situado en una antigua consulta de dentista. El local es un cruce entre galería de arte y discoteca. Aquí te encontrarás con un montón de lugareños adinerados que vienen a hablar de decoración mientras toman un gran vaso de cerveza. No hay que preocuparse por llegar demasiado tarde, ya que el bar cierra a las 6 de la mañana, lo que deja tiempo de sobra para desayunar una pizza de salami. El local no está lejos de Eresébet krt, fácilmente accesible en tranvía.

Para el segundo bar en ruinas, nos remontamos a sus orígenes con Szimpla Kert, el primer bar de este tipo en la ciudad. La decoración parece basarse principalmente en luces LED y objetos estrafalarios de espíritu bohemio. Puedes perderte completamente en él sin ni siquiera haberte tomado una copa. Es un laberinto de ambientes y salas de todo tipo. En su interior, todo son conceptos: jardines, cine e incluso un mercado de productos locales los domingos. Además de estas originalidades, podrás disfrutar del bar y sus numerosos cócteles hasta las 4 de la madrugada.

Sziget significa "isla" en húngaro, y el festival lleva este nombre porque está situado en la isla de Obuda. Se celebra todos los años y goza de gran reputación entre los festivaleros. Y no es para menos, ya que se dirige a todo tipo de público. En 2023 llegaron artistas como Billie Eilish, David Guetta e Imagine Dragons que, a pesar de sus diferentes géneros, son escuchados en todo el mundo. También hay artistas que atraen tanto al gran público como a los fans de géneros más específicos, como Nothing But Thieves, que conquistan tanto la escena pop-rock como la indie-rock, y YUNGBLUD, cuyo pop-punk ha hecho recientemente su aparición en la escena metalera en compañía de Bring Me The Horizon.

La vida en el festival nunca se detiene, con conciertos que duran desde primera hora de la tarde hasta el amanecer y la fiesta que no cesa. Algunos incluso lo describen como la versión húngara del Burning Man. Y si te apetece tomarte un respiro, hay muchas otras actividades disponibles. Desde conferencias a exposiciones de arte, pasando por relajarse en la playa, no faltan las actividades de ocio. Además, la ubicación del festival facilita a los asistentes explorar el centro de la ciudad entre espectáculo y espectáculo. Las entradas de día cuestan 65 euros y la acampada es gratuita. En cuanto al transporte, se puede llegar por cualquier medio (bicicleta, autobús, coche, etc.), y en la página web del festival figuran todas las rutas.

Ya sea en las contemporáneas y populares calles de Pest o en las empedradas y bucólicas colinas de Buda, siempre se puede encontrar un bar en la azotea para admirar la vista desde lo alto. El más famoso de la ciudad es, sin duda, el High Note Skybar de Pest. Desde su enorme terraza se puede admirar la Basílica de San Esteban. Es la manera perfecta de empezar la noche, con la puesta de sol iluminando la ciudad; todo se ve mucho mejor desde este punto de vista, ¿verdad? Eso sí, todo tiene un precio: el local sigue siendo muy popular, por lo que es difícil conseguir un buen sitio, y los cócteles no son baratos.

El Barco A38 es mucho más asequible. Aunque no tan alto, no es menos original. El bar-restaurante, encaramado en lo alto de un antiguo carguero soviético en la parte de Buda, ofrece platos locales y todo tipo de bebidas y cócteles a precios razonables, a diferencia de muchos otros Rooftops. Pero lo más interesante son los conciertos en directo de grupos de todo el mundo y los DJ que añaden un ambiente increíble al local.

Salir de fiesta significa bailar sin parar, y por eso hemos seleccionado dos buenos lugares para contonearse hasta bien entrada la madrugada. Nos quedamos en las azoteas con The Corvin Club, otra referencia al famoso pájaro de Budapest. El club está situado en la azotea de un centro comercial, que hace las veces de terraza gigante. La música es principalmente electro. El edificio no es muy atractivo, pero los jóvenes de la ciudad conocen especialmente bien el lugar. Las discotecas con vistas como ésta son muy inusuales y merece la pena visitarlas.

Para el segundo club, nos dirigimos una vez más a un lugar bastante inusual, ya que la fiesta tiene lugar en un barco de fiesta. El billete ofrece mucho más que la entrada, ya que puedes elegir la opción de barra libre, que te da acceso ilimitado a todas las bebidas del bar durante la noche. La otra ventaja es que, al final de la fiesta, un autobús te llevará a una discoteca donde tendrás garantizada la entrada sin hacer cola, lo que hace que el crucero merezca la pena casi sólo por eso, dado lo difícil que puede ser entrar en algunas discotecas de la ciudad. Dicho esto, incluso sin esto, no podemos negarnos la oportunidad de admirar toda la ciudad iluminada mientras cruzamos el río.

Sí, sí: las termas. Estos baños públicos abren por la noche para transformarse en una Spa Party. A partir de las 21.30, la piscina se convierte en una fiesta rave al aire libre, con espectáculos de luz, DJ y bar. Con el agua a 38 grados, incluso se puede bailar toda la noche en invierno, con los pasos de baile calientes en el fondo del agua y el vaso bien frío. Razón de más para disfrutar de esta histórica tradición húngara hasta las 2 de la madrugada.